Maldita Eduviges:
No sé qué fraguas en tu mente, no sé qué escondes bajo tus bragas harapientas, no sé nada de ti para ser sincero. Me gustaría orinarte completa y marcar territorio, pero tú no me dejas, tú me cambias por el primer imbécil que te lee poesía y te dice un par de ideas interesantes. Siempre te gustaron esos fanfarrones esnobistas, bastaba con que te dijeran Mademoiselle para que abrieras tus piernas en el ángulo perfecto. Y para qué hablar de ellas… la primera cintura pronunciada ya te vuelve loca y te hace liberar fluidos. Y yo sigo aquí como un verdadero imbécil observando cómo persigues a esos poetas de mala muerte y a esas chiquillas que lo único que saben hacer es cultivar sus cuerpos para enamorarte.
Deja de dañarme mujer, deja de dañarme por favor.
Rogelio A.
No sé qué fraguas en tu mente, no sé qué escondes bajo tus bragas harapientas, no sé nada de ti para ser sincero. Me gustaría orinarte completa y marcar territorio, pero tú no me dejas, tú me cambias por el primer imbécil que te lee poesía y te dice un par de ideas interesantes. Siempre te gustaron esos fanfarrones esnobistas, bastaba con que te dijeran Mademoiselle para que abrieras tus piernas en el ángulo perfecto. Y para qué hablar de ellas… la primera cintura pronunciada ya te vuelve loca y te hace liberar fluidos. Y yo sigo aquí como un verdadero imbécil observando cómo persigues a esos poetas de mala muerte y a esas chiquillas que lo único que saben hacer es cultivar sus cuerpos para enamorarte.
Deja de dañarme mujer, deja de dañarme por favor.
Rogelio A.