domingo, 14 de diciembre de 2008

Carta Nº1

Maldita Eduviges:

No sé qué fraguas en tu mente, no sé qué escondes bajo tus bragas harapientas, no sé nada de ti para ser sincero. Me gustaría orinarte completa y marcar territorio, pero tú no me dejas, tú me cambias por el primer imbécil que te lee poesía y te dice un par de ideas interesantes. Siempre te gustaron esos fanfarrones esnobistas, bastaba con que te dijeran Mademoiselle para que abrieras tus piernas en el ángulo perfecto. Y para qué hablar de ellas… la primera cintura pronunciada ya te vuelve loca y te hace liberar fluidos. Y yo sigo aquí como un verdadero imbécil observando cómo persigues a esos poetas de mala muerte y a esas chiquillas que lo único que saben hacer es cultivar sus cuerpos para enamorarte.

Deja de dañarme mujer, deja de dañarme por favor.

Rogelio A.

1 comentario:

Mental Sometimes dijo...

interesante... me recordo a las cartas conyugales de Artaud...

un abrazo a la distancia